Quistes
Una protuberancia redonda y móvil, en especial si resulta dolorosa al tacto, sugiere la presencia de un quiste. Los quistes son sacos redondos u ovalados que están llenos de líquido dentro de los senos. Son más frecuentes en mujeres de entre 40 y 49 años de edad, aunque pueden presentarse en mujeres de cualquier edad. Los cambios hormonales de cada mes a menudo hacen que los quistes crezcan y éstos se hacen más dolorosos y evidentes justo antes de la menstruación.
Los quistes se originan debido una acumulación de líquido dentro de las glándulas de los senos. Los microquistes (quistes diminutos y microscópicos) son demasiado pequeños para poder ser reconocidos al tacto y sólo se detectan al examinar el tejido con un microscopio. Si el líquido continúa acumulándose, se pueden formar macroquistes (quistes de mayor tamaño) que pueden palparse fácilmente y pueden alcanzar un diámetro de alrededor de 1 o 2 pulgadas. Conforme vayan creciendo, puede que el tejido del seno alrededor de estas formaciones se estire causando dolor.
Tratamiento
Colocar una aguja fina en el quiste puede confirmar el diagnóstico y, al mismo tiempo, drenar el líquido del mismo. La eliminación del líquido puede disminuir la presión y el dolor por algún tiempo, aunque no es necesario extraer el líquido salvo que cause malestar. Además, si se extrae el líquido, este podría volver posteriormente. Los quistes pueden desaparecer con el paso del tiempo.
La mayoría de las mujeres con cambios fibroquísticos y sin síntomas que causen molestias no tiene necesidad de tratamiento, pero podrían necesitar un seguimiento riguroso. Si la fibrosis le causa molestias leves, es posible que usted se sienta mejor con el uso de sostenes con soporte bien entallados, la aplicación de calor o con analgésicos (medicina contra el dolor) de venta sin receta.
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